• Una teoría de las organizaciones en general y de las organizaciones escolares en particular. La institución escolar se considera como una organización y como un sistema social abierto; es una totalidad con una diferenciación interna de funciones, una orientación hacia objetivos específicos, formada por círculos precisos de miembros con un sistema de comunicación.
• Un conocimiento de los aportes teórico – prácticos sobre la institución educativa y la posibilidad de evaluar su funcionamiento.
• Una teoría de la evaluación con su línea metodológica y un estilo de trabajo evaluador con incidencia sobre la gestión y la realidad institucional.
Existen dos grandes tendencias, metodológicas y estrategias de evaluación, según se considere que cada institución es un caso particular y que debe ser considerada como tal, o que todas tienen alguna cosa esencial y común. En la primera concepción se buscará lo que es específico en cada caso; en la segunda, generalizaciones y adecuaciones al prototipo o “paradigma normativo”. También existe una concepción mixta que tiende al equilibrio.
Un buen proceso de evaluación favorece una política de participación y la posibilidad de contrastar las visiones de cada persona o sector participante. Evaluar no es relativizar, sino integrar perspectivas e incrementar el grado de conciencia de las diversas concepciones y sus componentes implícitos. Un estilo de evaluar consiste en favorecer procesos de negociación y consenso entre las partes implicadas, para ampliar, profundizar y enriquecer las percepciones y valoraciones de cada estamento.
¿Para qué y por qué evaluar?
1. Desde la política y la administración educativa: Detectar la evolución dele sistema, valorar su rendimiento global, evidenciar tendencias y modelos de funcionamiento, considerar el impacto de la normativa sobre la realidad, detectar tendencias a incrementar o la reducción de distancias entre la calidad de las instituciones; comprobar la eficacia de los programas específicos, tomar decisiones de actuación.
2. Desde los profesionales de la docencia y los equipos directivos: Conocer la situación y el potencial, determinar puntos fuertes y débiles, tomar decisiones de mejora, valorar los resultados de planes de actuación, establecer nuevos planes y conseguir recursos y apoyos, contrastar su funcionamiento con otras instituciones de la zona, incrementar el nivel de influencia y marcar una tendencia educativa.
3. Desde la comunidad: Detectar la diversidad de oferta y demanda existente y su evolución, la relación entre instituciones para garantizar la continuidad de las líneas pedagógicas, iniciar movimientos de innovación para que se adapten a las necesidades de la zona, procurar más participación y coordinación entre los servicios de apoyo, establecer vínculos más fuertes entre las escuelas y las instituciones públicas locales, incrementar las relaciones con los ciudadanos y las familias y su participación en las instituciones.
4. Desde los usuarios: Valorar la orientación académica y profesional, el desarrollo del potencial personal, social, intelectual, estético; incrementar el grado de satisfacción del servicio recibido y el sentido del esfuerzo hacia futuras metas de crecimiento académico o integración en el mundo profesional, y de integración activa en la sociedad.