Reproducimos este reciente comunicado de la Academia Nacional de
Educación, con la intención de enriquecer el debate en torno al uso de
las TICs en el aula.
Los programas nacionales, provinciales y municipales de
“inclusión digital” desarrollados en los últimos años en el ámbito
escolar, tienen características que suponen un impacto diferente y más
profundo que los planes anteriores de integración de tecnologías de la
información y de la comunicación. El uso personal de los equipos, la
creación de aulas virtuales y la conectividad a las redes, dentro y
fuera del aula, implican un cambio de paradigma, tanto como el hecho de
que, en muchos casos, los alumnos pueden hacer uso de esas disposiciones
tecnológicas fuera de la escuela, en los espacios públicos con
conexión mediante wifi, y en hogares en los que, hasta ahora, no
había ningún dispositivo computacional. Este salto de paradigma, a la vez cultural y social, requiere la participación de todos los agentes educativos en un esfuerzo integrado para estar a la altura de los desafíos que implica. Los principios de integración y equidad, inmanentes a toda política pública de inclusión, deben traducirse en una participación activa de toda la comunidad educativa. Para ello, deben actualizarse y reordenarse las funciones de los agentes educadores adecuándolas a las metas de corto, mediano y largo plazo, sin exceptuar ni incluir tardíamente a ninguno de los componentes del sistema.
En ese contexto, la Academia Nacional de Educación ve con preocupación, por un lado, el desfase entre la implementación de los programas gubernamentales y la articulación de los diversos participantes de la comunidad educativa; y, por otro, la falta de énfasis en acciones de capacitación que acompañen la necesaria reasignación de las funciones de estos actores sociales en el nuevo contexto. En ese sentido, preocupa que las políticas públicas en la materia no perciban la relevancia de las funciones que pueden cumplir la biblioteca escolar y los docentes bibliotecarios en este proceso de cambio.
No escapa a una visión estratégica, la importancia que tienen los materiales y recursos digitales en entornos semicontrolados o abiertos, accesibles a través de Internet desde cualquier lugar y en todo momento.
Ante un universo digital, carente de las disposiciones adecuadas para una explotación educativa, la participación de los docentes bibliotecarios puede resultar relevante si sus competencias se amplían para cumplir con la cada vez más necesaria curaduría de los recursos digitales. Comprometidos en una nueva perspectiva de su funciones, su participación activa como “curadores” puede favorecer la integración de los recursos digitales y contenidos de los servidores escolares y sitios en Internet de manera mas apropiada a la didáctica (docentes) y al aprendizaje significativo (alumnos) a través de la selección y organización, con criterios de pertinencia pedagógica de calidad y ética, de las vías de la cibernavegación además de estimular la reubicación del libro y de la experiencia de lectura en entornos digitales, de optimizar la gestión institucional de los materiales compartidos y de promover el uso responsable de las redes.
Las políticas públicas de “inclusión digital” que hacen caso omiso de estas potencialidades, ponen en riesgo el resultado de la labor transformadora en la que cualquier ausencia genera inequidad, además de una pérdida irreparable para el sistema.
Jorge Adolfo Ratto Académico Secretario Pedro Luis Barcia Académico Presidente